Normalmente vivimos como si fuéramos a ser eternos. Probablemente es así, pero sin duda no lo será nuestro cuerpo ni nuestra personalidad. Por el hecho de estar vivos, hay que morir. Hay que estar preparado y saber hacerlo. También nuestros deudos deben de estar preparados para ayudarnos. Si llegara el caso, y si es posible, nosotros a ellos. Padres, hijos, hermanos… uno tras otro, cada uno de los entrañables afectos que hemos ido colocando sobre nuestros seres queridos quedará sin una correspondencia. Entonces, ¿cuando la vida carece de interés, posibilidades y sentido, que vamos a hacer? ¿Optamos por la Parca, o permitimos que un sistema médico narcisista ejerza un ensañamiento terapéutico con nosotros? Feo asunto, pero hay que pensarlo.

jueves, 22 de marzo de 2012
Saber Morir
Normalmente vivimos como si fuéramos a ser eternos. Probablemente es así, pero sin duda no lo será nuestro cuerpo ni nuestra personalidad. Por el hecho de estar vivos, hay que morir. Hay que estar preparado y saber hacerlo. También nuestros deudos deben de estar preparados para ayudarnos. Si llegara el caso, y si es posible, nosotros a ellos. Padres, hijos, hermanos… uno tras otro, cada uno de los entrañables afectos que hemos ido colocando sobre nuestros seres queridos quedará sin una correspondencia. Entonces, ¿cuando la vida carece de interés, posibilidades y sentido, que vamos a hacer? ¿Optamos por la Parca, o permitimos que un sistema médico narcisista ejerza un ensañamiento terapéutico con nosotros? Feo asunto, pero hay que pensarlo.
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