lunes, 9 de abril de 2012

Mira como vas.



La salud, al igual que la libertad o el amor, y a semejanza de un lirio silvestre, es un bien precioso, pero frágil, que no se puede conservar si no se sabe cuidar. 









El aumento progresivo de la esperanza de vida está propiciando que la población mundial esté envejeciendo rápidamente, hasta el punto de que en apenas cinco años, y por primera vez en la historia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que el número de personas mayores de 65 años superará al de niños menores de 5 años.

Se calcula que en el 2050 habrá más mayores de 65 años que niños menores de 14 años.

La OMS recuerda que para tener buena salud en la vejez es necesario haber gozado de buena salud en las etapas anteriores de la vida.

De ahí la necesidad de crear una cultura del envejecimiento responsable y del cuidado de la salud activo.




Mira como vas, pues de ti depende ganar vida a los años.


La Salud Pública esta obligada a recuperar la concepción de la Medicina Naturista, de tradición Hipocrática, la gran olvidada a causa de la moderna medicina asistencial, si quiere llegar a lograr este objetivo con suficiencia y holgura.

La Medicina Naturista representa aquella concepción de la medicina que procura los recursos necesarios para obtener el equilibrio psicofísico mediante la “Vix Medicatrix Naturae”, o fuerza de la naturaleza humana que de forma natural procura el equilibrio orgánico y por ende la salud.


Nutrición, descanso, ejercicio, helioterapia, armonía psicosocial, afectos, motivaciones, hidroterapia, restricción calórica… todos estos son recursos, sencillos a la vez que eficaces, que tienen como objeto facilitar el cuidado de la salud propia, como requisito imprescindible para mantener la realización personal en el tiempo.

Depositar la responsabilidad de la salud propia en manos ajenas es el distintivo y la primera señal de perdida de salud. Esta actitud es la puerta de entrada regia a la limitación de la autonomía personal. 


El día tiene veinticuatro horas, para todos, y trescientos sesenta y cinco días cada año, desde el principio de la vida. ¿En que empleas el tiempo?


Si, es cierto que se dan situaciones, bien de orden sociocultural, bien socioeconomicas, que necesitan la intervención decidida de los expertos en Salud Pública para corregirlas. Sin embargo, las mismas en absoluto desdicen que el modelo de intervención considere la "Vix Medicatrix Naturae". 

Ahora bien, envejecer depende de muchos factores, pues la capacidad funcional del sistema biológico de un individuo aumenta durante los primeros años de vida, llega a su punto álgido al principio de la edad adulta y luego disminuye de forma natural.


La velocidad de ese deterioro está determinada, al menos en parte, por la conducta y comportamiento a lo largo de la vida, es decir, la alimentación, la actividad física que se haga y lo expuestos que estemos a riesgos para la salud, como el tabaquismo, el consumo nocivo de alcohol o la exposición a sustancias tóxicas.






En conclusión, no eres sino tú quien decide como y en qué emplear el tiempo, mientras aún te hallas en condiciones de poder elegir.